Invitados por la Oficina del Conservador de San Juan de los Remedios para participar en un evento sobre el tema de los Pueblos Mágicos y las posibilidades de implementar ese programa en Cuba, y la presentación del libro “Las Parrandas de Remedios, 200 años de Historia y Tradiciones”, llegamos en la noche del 23, en medio del estruendo de una música que brotaba de un enorme sistema de audio, rebotaba en las paredes de la catedral e inundaba todos los rincones, incluyendo el hermoso hotel Barcelona, donde fuimos alojados. 

A las 6 de la mañana, a penas media hora después de cesar la música que había durado toda la noche, el sonido de los tambores, trompetas y el bullicio de gente nos llevó a los balcones. Toda una sorpresa, pues se nos había dicho que, al igual que el año anterior, por causa de la Covid-19, no habría parrandas, solo unas pasarelas de ambos bandos. 

Cientos de personas, arrastrados por una pequeña banda de música, enarbolaban las insignias del barrio “El Carmen” y marchaban por el parque y varias calles de la ciudad. Inmediatamente, “San Salvador” replicaba con una marcha similar. 

Nadie los convocó y de forma totalmente espontánea, los remedianos no podían dejar pasar sus fiestas por segundo año consecutivo. Nadie puede con ellos… 

Dos discretos trabajos de plaza ocupaban los espacios donde solo dos años antes se erigieron monumentales construcciones e ingenios eléctricos que mostraban fenomenales juegos de luces, a tono con el tema escogido por cada barrio. De igual forma, en las dos esquinas tradicionales del parque, se daban los toques finales a dos pequeñísimas carrozas que en muy poco recordaban aquellas que, enormes, vistosas, llenas de luces y modelos recorrian un centenar de metros hasta quedar frente a frente y orgullosamente declararse vencedoras de la contienda. 

Pero allí estaban, con el pueblo remediano celebrando el preludio de lo que seguramente serán las del 2022, cuando totalmente vencida la pandemia, puedan celebrar a lo grande la fiesta más creativa y autóctona de Cuba, último tesoro cultural de nuestro país declarado en el 2018 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. 

En el lobby del Hotel Bauzá, después de las palabras de presentación de Reynaldo Mendoza,  Director de la Oficina del Conservador de Remedios, se expusieron tres trabajos sobre el tema de los Pueblos Mágicos, un exitoso programa iniciado en México hace 20 años y que propicia el rescate y conservación de tradiciones autóctonas de más de 130 pequeños pueblos, incentivando el turismo desde las ya establecidas grandes urbes cercanas. Este proyecto ha sido, con adecuaciones locales, replicado por España, con sus pueblos rurales, y  varios paises latinoamericanos. 

Anamary Hernández, especialista de la Oficina del Conservador de Remedios,  presentó el potencial con que cuenta esta ciudad, comparando los requisitos del programa mexicano, e indicó a varias ciudades cubanas (Trinidad, Baracoa, Gibara, Viñales, Guanabacoa, Bejucal, Sagua la Grande y Caibarién), como candidatas a integrar la lista; Duznel Zerquera, Director de la Oficina del Conservador de Trinidad, junto con la especialista Claudia Guzmán, mostraron todo lo allí logrado, ciudad que a mi juicio debe servir de locomotora cuando se instrumente este hermoso proyecto en la Isla; y quien les describe, un poco como abogado del diablo, señaló algunos de los peligros que pueden afectar la implementación de dicho proyecto, insistió en la participación de las autoridades y fuerzas locales para el éxito, mostró en imágenes las condiciones con que cuenta un pequeño poblado de México y el enorme apoyo que la Fotografía puede prestar a su divulgación. 

Finalmente, Sonia Pérez Mojena, Presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural enfatizó en las posibilidades de este proyecto para el desarrollo y consolidación de estos ya “Pueblos Mágicos cubanos”. 

En la tarde, Arnaldo Bastista presentó el último número de sus “Memorias de la Ciudad”, dedicado a Remedios, la octava villa de Cuba. Esta excelente publicación, ya con 48 ediciones, merece una mayor divulgación y el reconocimiento de todos. 

Finalmente, los autores Erick González, Juan Carlos Bello y Julio Larramendi, en representación de Ediciones Polymita, presenaron el esperado libro “Las Parrandas de Remedios. 200 años de Historia y tradiciones”. 

Fue muy emotivo y se reconoció al pueblo remediano y sus parranderos como protagonistas principales de la obra, el aporte del Consejo Nacional de Patromonio Cultural y de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación. 

Sin mucho tiempo para el descanso, al caer la noche comenzó la música, se celebró una muy temprana Misa del Gallo y las  pasarelas de los dos barrios, con diseños totalmente originales y producidos para la ocasión. No hubo fuegos artificiales. 

Miles de personas abarrotaron todos los espacios posibles y Remedios tuvo una pequeña versión de sus Parrandas, pues Remedios, sin parrandas…!no es Remedios!